La habitación diecinueve

Doris Lessing.jpg

Doris Lessing, ganadora del Premio Nobel en el 2007, ha sido considerada una de las autoras más comprometidas del panorama literario del siglo XX. Lessing, que jamás quiso significarse en ningún movimiento político ni social, ha sido la bandera del feminismo, anticolonialismo, marxismo y pacifismo gracias a su narrativa.

La habitación diecinueve (To room nineteen) es un relato corto  que recuerda mucho a la obra de Virgina Wolf, Una habitación propia. En este caso, Susan es una mujer de unos cuarenta años con un matrimonio ejemplar e inteligente.  La vida de Susan es a los ojos de todos envidiable, había encontrado un buen marido con el que hacia una buena pareja, vivían en las afueras en una buena casa con asistenta, tenían cuatro hijos y como era de esperar ya no trabajaba como ilustradora para ejercer de madre. Todo era perfecto pero Susan siempre guardaba la esperanza de recuperar su vida profesional cuando los hijos entraran al colegio a los 6 años.  Los años pasan y de ser una mujer ocupada en la crianza de los niños, pasa al vacío más absoluto.

Un día se le ocurre crearse una habitación en la casa para estar asolas pero el objetivo es imposible porque aunque nadie parece necesitarla no consigue la paz que necesita así que decide alquilar una habitación barata donde expulsar sus demonios.  Con el paso de los meses y la llegada de una niñera Susan pasa cada día más desapercibida hasta sentirse una invitada en su casa, su marido afianza su relación con su amante y ella va enloqueciendo poco a poco. Aunque en realidad su locura no es más que una preocupación por su bienestar como persona.

Para la autora, el feminismo no debe ser un debate entre hombres y mujeres, sino la búsqueda de unos objetivos a alcanzar para mejorar la situación femenina.  Doris Lessing no buscaba hacer un relato feminista, La habitación diecinueve busca retratar la situación real de muchas mujeres que pierden el norte y la identidad tras la bonita fachada de sus casas.

Entrevista a Doris Lessing

— Según sus últimas declaraciones, ahora usted es antifeminista?

— No es que sea antifeminista. Es que creo que las feministas tienen los objetivos equivocados. La revolución sexual de la década del 60 está muy bien. ¡Pero pienso que las mujeres también podrían haber luchado por el mismo pago cuando cumplen el mismo trabajo que los hombres, por buenas guarderías y demás! Aun en la época victoriana, las mujeres salían a marchar y conseguían cosas concretas, como cambiar las leyes sobre la propiedad en el matrimonio. Hoy nadie hace algo así. El feminismo de los años 60 se disolvió en cháchara inútil.

Para leer el relato en pdf haz click en este enlace (Versión Original): To room nineteen